Emilio había comprado una finca rústica en Mallorca, con su típica casita payesa de piedra y una vaquería anexa. Él quería arreglar la casa vieja y ampliarla para poder reunirse con toda su familia en los periodos vacacionales. La vivienda debía tener seis dormitorios dobles, varios cuartos de baño, cocina con amplio comedor, salón y piscina con aseo exterior.

Este proyecto era delicado porque se intervenía en  suelo rústico con grandes limitaciones urbanísticas. Además, originalmente, la casa vieja era de dos plantas, pero la planta baja se encontraba por debajo del nivel del suelo en una zona inundable y su estructura de alturas no cumplía con la normativa municipal, por lo que no era viable mantener las dos plantas preexistentes.

Nos enfrentábamos a un programa de necesidades muy extenso pero teníamos una casa muy pequeña que no podía crecer en altura y que estaba pegada a la carretera. Además, había que resolver dos cuestiones más, proteger la vivienda de posibles inundaciones y  preservar la casa vieja como elemento de interés arquitectónico vernáculo.

Con esta base se crearon tres premisas, mantener la casa vieja como una edificación claramente diferenciada del resto, realizar un edificio nuevo que respetara la separación mínima a linderos y elevar todo el conjunto para protegerlo de las inundaciones. Así que, en el diseño final, se realizó una base por encima del terreno inundable, sobre la cual se situaron la casa vieja, una ampliación para la vivienda y un nexo de unión entre ambas.

La vivienda completa consta de un amplio recibidor que sirve de punto de unión entre el edificio antiguo y el nuevo y que también permite el acceso tanto a la parte delantera de la casa como a la trasera. Desde esta rótula, la planta baja se distribuye situando dos dormitorios con un baño en el edificio preexistente, mientras que en el edificio nuevo se disponen el salón, un baño y la cocina-comedor con la escalera que accede a la planta primera donde se sitúan cuatro dormitorios y dos aseos.

El conjunto diseñado mantiene tres ámbitos de relación, la plataforma elevada de la vivienda, la zona alrededor de la piscina y el resto de la finca con la zona de aparcamiento y sus olivares. Estos ámbitos, a su vez, dan pie a distintas formas de relación. En la plataforma de la vivienda se desarrollan tres zonas diferenciadas, la de acceso principal en la parte posterior, que permite un acceso que dota de privacidad a la vivienda, la de acceso y relación de la vivienda con la piscina y la de encuentro y esparcimiento frente a la casa vieja. Por otro lado, a cota de terreno, se encuentra el área de esparcimiento de la piscina, con cuatro ambientes distintos, el de la cocina-barbacoa, el del comedor, el de los sofás y el de solárium con piscina que da paso al último ámbito, el de los olivos.